sábado, 19 de diciembre de 2009

Té Rojo

Hace unos días, por casualidad, mientras caminabamos nuestro amigo Poldo, en una de sus copiosas charlas profesionales nos contó que su jefe tomaba té verde... Algo a lo que aparentemente no se de dió demasiada importancia ni por parte de Waldo, ni Pascual y ni siquiera por el mismo Poldo... Si, se le había dado muchísima importancia por mi parte. Yo que soy un inquieto habitual, un investigador insaciable... Me faltó tiempo para buscar, analizar, sopesar, comprobar, indagar y sacar conclusiones. Mi elección no tenía duda: El Té Rojo era el elegido. Pero quise que la idea fuera contrastada y lo sometí a debate en otro foro. Las respuesta, el éxito fue total.
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Desde ayer, tanto Poldo, como Pascual, (Waldo volvió a fallar y no apareció), como yo hemos convertido a TÉ ROJO, en nuestro creo. Hemos sustituido de un plumazo aquellas dos botellas de litro y medio de agua que hacíamos desaparecer, en cuestión de segundos, al finalizar nuestro esfuerzo físico.
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Poldo y yo hemos comprobado como una simple taza de té rojo nos da tranquilidad de espíritu y nos libra de la ansiedad. El Sr. Pascual va por otro camino menos agresivo: Al té le mezcla unas gotitas de Ron. El Sr. Waldo se encuentra desaparecido y por consiguiente pendiente de iniciar la experiencia.
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Nuestras vidas han vuelto a dar un giro hacia la excelencia.
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Tenemos únicamente un temor, con tanta vida sana , ser inmortales.
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Son estas entre otras las bondades del venerado Té Rojo:
http://es.wikipedia.org/wiki/Pu-erh



J. Amigo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo que me faltaba; ahora a catar el Té rojo para ver de que añada es;
Ubaldo

Anónimo dijo...

El otro día pobré uno de 17 años, pero era de barrica de aluminio en vez de roble; unaa pena
Ubaldo

Anónimo dijo...
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