miércoles, 19 de diciembre de 2012

Ole por la funcionaria

RESPUESTA AL ARTÍCULO DE OPINION " LA DICTADURA DEL FUNCIONARIADO " DE M. MARTIN FERRAND.
Sr. Martín Ferrand son muchos ya los comentarios despectivos y miserables que se están lanzando contra los funcionarios, esa casta, como usted les llama de la que yo formo parte.
Pero es precisamente su artículo de opinión, por venir de quien viene, todo un profesional del periodismo, al que yo, sinceramente creía, objetivo y sensato, el que me ha encendido sobremanera y no quiero pasar por alto mi oportunidad de respuesta porque no ha podido ser más subjetivo, más insensato y sobre todo, más erróneo en sus planteamientos contra nuestra "casta".

En primer lugar, ni yo ni ninguno de los muchos compañeros a los que trato nos sentimos ni tenemos por qué sentirnos servidores de nadie, y mucho menos queremos ser servidos.
Le aclaro que en mi declaración a Hacienda no consta que sea servidora de nadie, sino una empleada por cuenta ajena; en este caso, mi empresa es la Junta de Andalucía, a la que accedí por cierto tras unas duras oposiciones y que tras, 25 años de servicio como Administrativa (es decir 8 trienios), teniendo un complemento de exclusividad que me obliga a trabajar, como mínimo, 110 horas más al año que al personal que no lo tiene y gestionando un Negociado, cobro 1.500 EUR, de los cuales usted se cree muy dueño de rebajar un 20%.

Comenta que por la crisis es el funcionariado el que tiene que ver disminuidos sus ingresos, ¿por qué?, ¿es que en épocas de "vacas gordas" el Gobierno hace conmigo reparto de beneficios?
¿Está usted quizás dispuesto a darme algo de sus ingresos cuando éstos sobrepasen lo que habitualmente cobra? ¿Está dispuesto acaso a hacerlo algún profesional "libre" de este país?
Le pongo un ejemplo muy concreto.

Un vecino de mi bloque, trabajador de la construcción, tan discreto en ingresos como yo hasta el "boom" urbanístico, ha podido invertir y comprar 2 pisos más en Sevilla capital. Es cierto, ahora está en paro y yo y toda mi casta hemos contribuido a que pueda cobrar el subsidio de desempleo, porcentaje que pagamos todos los meses aunque a nosotros no nos haga falta, pues jamás lo cobraremos.
Además, usted pretende rebajar mi sueldo un 20% para "repartir" con él y muchos como él que ahora no les va bien. ¿Hablaría usted para que me cediera uno de sus pisos y así dejar la hipoteca del único pisito que poseo y que me está quitando el sueño? Los dos creemos que él no estaría dispuesto, ¿verdad? Pues yo tampoco a darle un 20% de mi sueldo.

Habla también de que pretendemos vivir sin la incertidumbre que acompaña a otros ciudadanos. Pues sí, Sr. Martín, de eso se trata, aspirar a ser funcionarios es aspirar a poco materialmente en la vida, nunca seremos ricos, pero aspiramos a la estabilidad en el empleo, recurso al que puede aspirar cualquier persona, usted también, aprobando unas oposiciones.
Por tanto, si yo he aspirado a "ganar poco y vivir tranquila" es un derecho adquirido y no, no me he adueñado de nada ni considero mi puesto hereditario. Mis hijos se lo tendrán que currar y posiblemente más que los suyos, por venir de una familia más humilde o sencilla como quiera llamarlo.

Y es en este punto donde más me enciendo, ¿con qué derecho se cree para proclamar a los cuatro vientos que mis dos hijos (estoy separada) tengan que vivir con un 20% menos de lo que viven?
Ah!.., y yo declaro hasta el último céntimo que gano (y todos sabemos que eso no es así en todas las profesiones, pues hay mucha "economía sumergida")

Por lo tanto no intente "calentarle" el ánimo a nadie con el hecho de que son los ciudadanos quienes con sus impuestos me retribuyen, nosotros también contribuimos y mucho a las arcas del Estado.
Y una cosa más, considero el trabajo de esta casta mucho más importante para el país que el de su profesión, por ejemplo Si no escribe un día un artículo no pasa absolutamente nada, pero si mis compañeros de la Sanidad , la Enseñanza , los Cuerpos de Seguridad... no acudieran a su trabajo... ¿qué ocurriría?
  En fin, Sr. Martín piense más lo que escribe antes de hacerlo.

Yo lo suscribo por entero, y, en lo que se refiere a la Sanidad , diré (y hace mucho que quiero decirlo): Llame Ud. a un fontanero, o a un electricista, por ejemplo, un 24 o un 31 de Diciembre a las 04 horas de la madrugada (y relato dos casos auténticos ocurridos con esos dos profesionales).
      - ¿Cree que acudirá alguno a su domicilio?
      - ¿Cuanto cree que le cobrará?
      - ¿Le hará factura o le tendrá que pagar en cash? además de tener que darle las gracias, aunque al día siguiente fallen las reparaciones.
  Yo se lo digo: - Después de llamar a los de la Compañía de Seguros de su domicilio, no irá nadie. Al día siguiente, tampoco. El primer día laborable se presentará uno que le facilitara el portero de su finca.
      - Le dirá que, si quiere que repare la avería, le tiene que pagar en mano (creo que a eso se le llama dinero negro).
      - Estarán en su casa: uno 7 minutos y el otro 14 minutos- Le cobrarán: uno 80 EUR por 7 minutos y otro 93 EURuritos por 14 minutos. ¡¡¡ No está mal !!! (Por cierto al electricista se le tuvieron hasta que prestar las herramientas)
  Ahora le diré que pasaría si Ud. (o el electricista o el fontanero de la historia) un 24 o un 31 de Diciembre a las 04 horas de la madrugada se diera una fenomenal torta con su coche (Dios no quiera) después de venir de una fiesta de esas a las que sólo pueden ir los que tienen sus ingresos (aunque, la verdad, ustedes siempre suelen ir de gorra a esos saraos, cosa que no nos ocurre a ningún funcionario:
      - Acudirán la policía y los Servicios de Emergencia (todos ellos funcionarios que tienen la suerte de trabajar ese día).
      - Le llevarán a las urgencias de un Hospital Público (donde se le admitirá aunque Ud. no tenga cartilla de la Seguridad Social.
      - Le atenderán celadores, personal administrativo, auxiliares de enfermería, enfermeras, diversos técnicos, médicos, etc. .. (Todos ellos funcionarios que también tienen la suerte de trabajar ese día).
      - Pongamos que sufre un traumatismo cráneo-encefálico (repito: Dios no quiera). Se le llevará a u quirófano ya preparado y bien limpio (también entran en esta función> el personal de limpieza que también tiene la suerte de trabajar ese día).
      - Se le intervendrá durante varias horas esa misma noche (no el día siguiente o el otro).
      ¿Sabe cuánto cobrará por hora el que más cobrará (en este caso los médicos y neurocirujanos)? - Alrededor de 15 Euros netos. El resto se lo lleva Hacienda (aquí no vale lo del dinero negro) Imagínese lo que cobrarán los demás...
      ¿Sabe qué ocurrirá si la operación no es de su agrado? Ud. (o el electricista o el fontanero de la historia) nos demandará. Iremos todos a los Tribunales y tendremos muchos problemas.
      ¿Sabe qué ocurre si uno de sus artículos, o la reparación, no es de nuestro agrado? ¡¡¡ NADA !!! Entonces, Sr. Martín Ferrand, ¿sigue opinando que se nos debe bajar un 20 % nuestras retribuciones? Si es así, a Ud., y a los que piensan como Ud., sólo tengo que decirles:¡¡¡ Váyanse a tomar por el culo !!       Deben leerlo todos los funcionariosy los NO funcionarios
      Un abrazo.
        Y entérense de una vez, la única casta que existe en este país, son los miles de impresentables que salen en televisión y no se les conoce ningún trabajo ni titulación, los miles de políticos chupopteros que lo primero que hacen es cobrar sus sueldos para a continuación explicarnos a los que pagamos sus modestos sueldos, que tenemos que bajarnos los nuestros porque la cosa esta muy mal.

 - Trini Molina Ramiro

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por que los funcionarios siempre se comparan con los promotores, nunca he visto una queja de un funcionario, donde envidie la situación profesional de un dependiente de comercio, con sus horarios, sus salarios, sus derechos sindicales.

Ni siquiera se comparan con cualquier administrativo de empresa. Con su mierda de salario, sus casi inexistentes vacaciones y su enorme inestabilidad (la mayoria ya estan en la calle con 20 días por año trabajado)

No, los funcionarios solo se comparan con promotores. Y así salen bien parados, pero no se dan cuenta que en estos momentos los empleados normales, están en una situación mucho (pero mucho) peor que la suya.


Llega un momento en que empiezan a tocar los cojones con sus quejas.