Si señores, Poldi ha cumplido un año.
Un año, desde que tomó la trascendental decisión de dejar el caro e insalubre vicio del fumar.
Tengo que reconocer que cuando decidió dejar de fumar, yo era de los que no creían que lo consiguiese. Tenía entendido que dejar de fumar a puro músculo como hizo Poldi está condenado al fracaso un porcentaje enorme de veces, y conseguirlo de esta forma tiene un gran mérito, pues consiste en sufrir y sufrir.
De todas formas aunque ya tiene andado casi todo el camino, me permito advertirle que la recaída está siempre en la próxima esquina, por lo que un fumador como un drogadicto lo es para toda la vida.
Me permito recordarle un planteamiento que a mí me ha servido para mantenerme fuera del tabaco (llevo más de 5 años sin fumar).
El peor enemigo del fumador es el recuerdo del placer que producía aquel pitillo que fumabas después de comer o después de una buena cena o delante de una copa de coñac. Si eres consciente de que este recuerdo es una gran mentira, tienes mucho andado.
Fumar nunca produce placer, el placer lo produce el terminar con la ansiedad que genera en el fumador estar sin fumar. Cuando un fumador apaga su pitillo, la nicotina comienza a eliminarse a gran velocidad, esto empieza a generar en el fumador un ansia de recuperar los niveles que tenia cuando fumaba y esto le impele a fumar un nuevo pitillo, cuando este período se ha alargado mucho (una comida, o una cena) esto hace que el ansia de fumar sea mayor. En el momento que da la primera calada del siguiente pitillo el nivel de nicotina comienza a subir y la sensación de alivio es evidente.
En el recuerdo, este instante se asimila con un gran placer “ahí está la gran trampa para el fumador”. Una persona que está dándose cabezazos contra una pared de piedra, en el momento que deja de dar cabezazos siente un alivio enorme, pero a nadie se le ocurre darse de cabezazos contra la pared para conseguir el alivio que supone parar de hacer esa idiotez.
El placer del fumador es el mismo de la idiotez anterior, pero, como esa idiotez se disfraza con un proceso ritual (extraer el cigarrillo, encenderlo, jugar con el humo etc) y con una conveniencia social de atribuirle un gran placer, el engaño es completo.
El ex–fumador sufrirá muchas veces el acoso de ese recuerdo (incluso muchos años después de dejar de fumar). Sin embargo, si es consciente de que ese recuerdo es una gran mentira, sentirá muy poco interés en volver a fumar un pitillo (en un ex - fumador un solo pitillo es el primero de los miles siguientes).
Poldi, después de esta perorata, tus amigos aprovechamos la ocasión para felicitarte y alegrarnos contigo por este gran logro que tanto te costó.
Quizá deberíamos celebrarlo con una invitación por tu parte a una buena cena en el Neves (con tarta de cumple y todo)
Pascual
Lo que si celebarmos el día de ayer fue su cumpleaños. Lo celebramos con una invitación de una rica cena en el Modesto regada de su buen vino tinto.
POLDI FELICIDADES:
eres un gran tipo
Y esto es un regalo de tus amigos: