A los 21 años, Bob Dylan compone la canción “Blowin’ in the Wind”.
1962... Tiempos de crisis, guerras estallando, discriminación racial y religiosa, conflictos sociales, violencia, desamor...
La letra plantea una serie de preguntas filosóficas sobre la paz, la guerra, la compasión,
la libertad...
Es por tratar con esperanza estos temas trascendentes y atemporales, por lo que conserva su vigencia hoy, más de 40 años después...
¿Cuántos caminos debe un hombre recorrer
antes de que lo llamen un hombre?
¿Cuántos mares deberá una paloma blanca sobrevolar
antes que pueda dormir en la arena?
¿Cuántas veces aún las balas de cañón volarán
antes de ser prohibidas para siempre?
La respuesta, amigo mío, está soplando en el viento...
La respuesta está soplando en el viento.
¿Cuántos años debe una montaña existir
hasta que se deshaga en el mar?
¿Cuántos años debe alguna gente vivir
antes de que se les permita ser libres?
Y ¿vuántas veces puede un hombre volver su cabeza
y fingir que simplemente no ve?
La respuesta, amigo mío, está soplando en el viento...
La respuesta está soplando en el viento.
¿Cuántas veces debe un hombre mirar para arriba
antes de que pueda ver el cielo?
Cuántos oídos debe un hombre tener
hasta que pueda oír el llanto de su prójimo?
¿Cuántas muertes serán aún necesarias
hasta entender que mueren demasiadas personas?
La respuesta, amigo mío, está soplando en el viento...
La respuesta está soplando en el viento...
¿Cuántos kilómetros deberemos aún recorrer
hasta alcanzar la ciudad del amor...?
¿Cuántas vidas aún serán castigadas
por el flagelo de las guerras...?
¿...hasta que, finalmente,
la paz comience a reinar?
¿Por cuánto tiempo aún nos dejaremos fascinar por los juguetes electrónicos
hasta el punto de ignorar a los necesitados que esperan a nuestra puerta?
hasta el punto de ignorar a los necesitados que esperan a nuestra puerta?
¿Cuánto tiempo aún habrá de transcurrir,
hasta que aprendamos a conjugar el verbo “compartir”?
¿Cuánto tiempo pasará todavía hasta que comprendamos la simplicidad y la sabiduría de las siguientes palabras:
“Una sonrisa enriquece a quien la recibe,
sin empobrecer a quien la da”?(Mario Quintana)
La respuesta, amigo mío, está soplando en el viento...
La respuesta está soplando en el viento…
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