miércoles, 25 de agosto de 2010

La Última cena -

Ayer noche celebramos, tal como estaba previsto y por fin, la cena ansiada en casa de Ubaldo.
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No me cansaré nunca de dar gracias a la vida, por haberme dado un amigo como Ubaldo. Es un personaje tan entrañable, tan especial, que es difícil definirlo. Desprende tanta bondad y paz que resulta imposible no estar a gusto a su lado...
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Ayer puso tanto cariño, tanto interés y tanto arroz en aquella paella, que al margen de lo sabrosa que estaba con una gran variedad de ingredientes, no sería justo realizarle una crítica ni siquiera constructiva. Más allá de la inutilidad de los decantadores para el vino, del destrozo de la única botella de licor café existente, tus acciones querido Ubaldo siempre están rodeadas de éxito. Sobró únicamente el Mojito y la Caipirinha... Bufffff.
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Eres un amigo a cualquier ritmo: Balada, bolero, tango, fado, pasodoble, merengue... Hoy he elegido para acompañar el recuerdo de la última cena, una Rumba...
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¿Por qué la última cena? Pues la razón es que ahora nos pasamos ya, y definitivament,e al Wholo, aunque a mi manera de ver y además lo propongo deberíamos también posponerlos. Cuando vi a Ubaldo, Pascual, Poldi y volví la vista hacia mi, me di cuenta que esto no puede seguir así. Menos mal que José Manuel es la excepción a una regla preocupante.
Yo vuelvo a la vida sana de caminar y bicicletear de inmediato. Estamos pero que muy mal...



J. Amigo.

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