Lamprea

    Fieles a la cita de todos los años en el mes de marzo, acudimos ayer a comer la lamprea que como siempre nos la preparó Celia. 

    Este año no pudo acudir Antonio por problemas de salud pero fuimos Poldi, Amigo, Pascual y yo. Amigo dió la nota al no querer comerla ya que dice que le hace daño al estómago y hubo que prepararle un entrecot. Siempre dando la nota

    Este año, la falta de agua, supuso que la pagáramos más cara ya que escasean pero como siempre Celia la consiguió (para eso es de Arbo) nos la preparó a la bordalesa y estaba exquisita. 

    Pascual (superespecialista en lampreas) dijo que estaba fuera de serie y todos estuvimos de acuerdo; bien lavada, suave, con una textura espectacular, ligeramente picante, resumiendo: espectacular.

    

La lamprea tiene un sabor distinto, inconfundible y Álvaro Cunqueiro, defensor de la lamprea, solía decir que para comer una lamprea se necesitaban cuatro ciudadanos que sepan comer en silencio, con toda su atención puesta en el manjar.

    Nosotros solo cumplimos lo de comer los cuatro ya que comer en silencio nos fue imposible. 

Después con el estómago lleno nos fuimos a Arealonga a tomarnos un limpiatodo.