Y lo digo con todo mi corazón. Yo, que siempre he sido muy espabilado, me dí cuenta, hará el próximo de mes agosto 30 años, eso, me di cuenta que aquel chaval era un inversión de futuro, que su amistad sería por tiempo ilimitado. No me equivoqué, al contrario, todas las perspectivas se fueron superando día a día. Ubaldo sin perder nunca su sonrisa fue ayudándome a conseguir que todos y cada uno de esos días me resultaran demasiado cortos.
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Hoy Ubaldo está pasando unos días difíciles, amargos. Está viviendo todos los sabores que nos da la vida. Y él que nunca pierde la compostura, ni su dulzura, -el sufrimiento va por dentro- ayuda con total dedicación a su querido padre, a luchar por la vida.
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¡Ánimo mi querido amigo! esa lucha, esa dedicación merece la pena. Es algo que nunca querrás olvidar.
3 comentarios:
Gracias Amigo, hoy me has hecho sentirme mucho mejor contándome tus experiencias y creo que a mi hermano tb le has hecho mucho bien. Gracias.
Ubaldo
¡Mucho ánimo Ubaldo!
Una seguidora del blog.
Me sumo a todas las palabras dichas por Javier Amigo, y enviarte mucho ánimo y un fuerte abrazo.
Poldo
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