Ayer sábado tuve una nueva y excelente experiencia que añadir a mi currículum. En compañía de Chus, mi mujer, y los amigos Poldi, Mela, José Antonio y Fini nos dirigimos a la Asociación As Pedriñas, donde días antes nos habíamos matriculado en BAILES DE SALON. Ubaldo y Vicky inicialmente renunciaron, aunque todavía creo están a tiempo.
Comenzamos la clase que fue impartida por un mozo de 16 años que era una delicia verle dar los pasos del CHA-CHA-CHA, danza que eligió para iniciarnos.
Por mi parte, al principio, tras los primeros pasos, pensé que por muchos años que estuviera practicando, jamás lo conseguiría. Me veía excesivamente torpe, no daba una derechas y tenía la sensación de que era el último de la clase y que nunca lo conseguiría... Pero de repente, tal vez por fortuna, comencé a hilvanar algunos pasos y pese a que Chus no era capaz de aguantar sus risas al verme, fui evolucionando hasta que me di cuenta que no era tan torpe. Estaba progresando y consiguiendo compactar todos los pasos del CHA-CHA-CHA.
¡Que maravilla! Nos lo pasamos estupendamente. Risas y baile. Que gran combinación.
El próximo sábado iniciaremos el pasodoble. Estoy ansioso por aprenderlo.
¡Ojala! Ubaldo y Vucky se animen.
1 comentario:
Dos, tres, Cha- cha- cha. Dos, tres, cha- cha- cha.
Paso básico y paso New York.
Hay que decirle a Alex que nos incluya el paso la Alemana, muy típico y bonito en el Cha- cha- cha.
¡¡Baldo¡¡ Anímate, que es una buena terapia contra el sentido del ridículo... Jajaja
Poldi
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