El pasado sábado reanudamos nuestras clases de baile. Y descubrí con gran regocijo la grandeza del Valls. Simplemente los pasos básicos que aprendí hicieron que esta danza me cautivara para siempre. Tengo la sensación de haber nacido para el valls. Me parece, dulce, elegante, sutil, grandioso... Poldi que estaba a mi derecha durante las clases pilló, también rápidamente, los pasos identificandose como yo con la mística del valls. No en cambio nuestras respectivas esposas. Mela y Chus y casi el resto de las señoras tuvieron grandes dificultades para adquirir nuestro nivel.
Sigo echando de menos a Ubaldo y Vicki... Con ellos sería, todavía más, maravilloso el baile.
Quiero, desde aquí, animar a todo el mundo, que tenga oportunidad, a acudir a los bailes de salón. No os arrepentiréis. Reiréis, bailareis y haréis nuevos amigos. Os lo aseguro.
Aqui os dejo un enlace del valls.
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