viernes, 19 de diciembre de 2008

S.O.S. - DESGRACIA SUMA


Ubaldo y yo hemos caído en desgracia. Nosotros que durante el verano cuando aparecieron los primeros pexegos, los sabrosísimos pexegos, decidimos guardar sus valisosísimas pepitas, para cuando llegara el momento realizar su siembra, entre nuestros majestuosos frutales. Aquellas pepitas de la esperanza, de la futura exquisited, que tanto, Ubaldo como yo fuimos viendo como se ponían a punto dentro de una taza, sobre la encimera de mi cocina...

Fue ayer y fue triste y descorazonador... Chus con el mayor de los descaros nos rebeló que las maravillosas pepitas se fueron hace días al cubo de la basura.

Pasará tiempo, mucho tiempo, hasta que le perdonemos tamaña afrenta. Este hecho está tambaleando su amistad con Ubaldo y naturalmente nuestro matrimonio... ¡¡No hay derecho!!

Su único atenuante es que es una mujer de asfalto, de la citi... Estamos seguros que ella cree que los pexegos nacen en los hipermercados......¡¡¡ Incauta !!!

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