Si, mi querido amigo, esta semana te he extrañado. Apenas hemos podido hablar. Ubaldo como viene haciendo periódicamente, sin delegar en nadie, con un cariño incomparable, acompaña a su padre a sus revisiones clínicas en Madrid. Por ello, no nos hemos visto, ni siquiera para tomar nuestros prohibidos vinitos. Pero bueno, mañana nos tomaremos una buena tapa de callos.
Ubaldo eres magnifico.
Por cierto, no te creas que la gente que nos lee es tonta. Sabe perfectamente que hemos hecho el día 30 de noviembre pasado un quiebro descarado al pesaje.
Rogamos encarecidamente se nos conceda y refrende, durante esta fechas, una pequeña tregua para poder liberar nuestras ansiedades alimenticias.
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