Menuda sorpresa la de ayer. Cuando dormía placidamente, suena el teléfono, impresionante, el Sr. Amigo que se acerca a Sabarís.
Que tarde más hermosa, aunque por la mañana se estaba mejor, pasé con Amigo, Chus y Uxía.
Mientras Chus cuidaba a Uxía ( o Uxía cuidaba de Chus, aún no me quedó claro) Amigo y yo nos dimos el paseo de rigor y luego la cañita en el chiringuito.
Como todos los años siempre que estamos en la playa le pasan cosas a los de protección civil que nos sirve para que nos partamos de risa, pero esas historias se las dejo para que las cuente mi compañero de fatigas.
Después de las cañitas y la bolsa de pipas, pasamos por casa y degustamos un grandísimo alvariño, que guardaba para esta ocasión, y comimos unas zamburiñas y unas anchoas fuera de catálogo.
En definitiva una tarde maravillosa que se echó a perder cuando la simática de Chus dijo que tenía prisa y "me lo llevó".
El día de hoy, después de visitar a mi padre, fuimos a comer a Nigrán mi madre, mi hermano y sus hijas y Viki, Uxía y un servidor. En el restaurante nos encontramos a nuestro queridísimo Rolando (rolando rolindo o rolindo rolando) o Ronaldo, o Rodando (es que no le supe nunca el nombre) o como lo bauticé "JERÓNIMO" con su esposa Maribel. Ahora Jerónimo le hizo caso a Amigo y dejó al Celta y se dedica a jugar al golf, casi nada; no me quiso decir su "handicap" porque seguro que tanto Amigo como yo lo tenemos mejor.
En definitiva, hemos quedado que quedamos: por supuesto en la cervecería Vidal para recordar viejos tiempos. Ahhhhhhhhhhhhhhhh, que Jerónimo me dijo que estaba muy delgado: Amigo ¡como me recordó a Fernández! gran subidor de autoestimas
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