AMICITIA PULCHRA EST

Me he preguntado si realmente merecía la pena contestar a los dos besugos que tengo por amigos. Al final me he decantado por hacerlo para, de alguna manera, seguir contribuyendo a su formación: “El estudio para aprender a vivir, dura toda la vida”. Confunden los dos, el estrés con la responsabilidad, la ansiedad con la diversidad, la tranquilidad con la pachorra.

Ubaldo es un funcionario, habituado a lo de siempre, a dar siempre los mismos pasos, los mismos movimientos, las mismas cervezas, las mismas sonrisas, las mismas gracias, los mismos esfuerzos... buff..., como si todo lo tuviera medido.... ¡¡¡ Que monotonía !!!

Leopoldo es un autónomo con una exclusiva multinacional, que le convierte en un casi funcionario, con hábitos similares a los mencionados con anterioridad y que le convierten en aliado del liante. Porque Ubaldo es eso un liante, con contenido limitado, al que habitualmente tengo que espolear, para que salga esporádicamente de su agreste rutina. Poldo, en cambio, es un liado liante, con un poco más de espíritu que el otro, pero con un motón de carencias que trata de disimular lo mejor que sabe. Los dos y ninguno de ellos saben lo que es saltar sin red, desconocen la improvisación, el cambio de ritmo... Pero al mismo tiempo, son osados en el sentido más extenso del término: Como los osos se aletargan; como los poco documentados son atrevidos. Tiene, el pobre Ubaldo, la inoportuna ocurrencia, porque le gusta jugar a la creatividad, de acuñar un eslogan en inglés: “Slow life”. Resulta patético. Con la riqueza que contiene el único idioma que domina, el castellano, porque ni su lengua materna se atreve a hablar, tiene el poco gusto de vomitarnos un extranjerismo que muy probablemente habrá plagiado de cualquier cuña publicitaria. Y a Leopoldo debió gustarle, pobrecito él. Nunca dos apercebados como ellos creyeron , ni en sus mejores sueños, contar entre sus amigos a alguien que diera tanta calidad de vida a sus usos y horarios.

J. Amigo.