Vigo, aunque es una ciudad cosmopolita y sus habitantes son originarios de múltiples lugares, es un pueblo muy unido, tanto en las reivindicaciones y luchas sociales como en el culto a su patrón y hoy una vez más, fieles a la cita, miles de vigueses acudimos a rendir homenaje a nuestro Cristo, el Santísimo Cristo de la Victoria.
La Colegiata, concatedral de Vigo fue construida en el 1816 y la imagen del Cristo de la Victoria fue esculpida alrededor del 1680. La talla, aunque tradicionalmente se databa en este año, fue restaurada en 1998 y finalmente fue atribuida al escultor vasco Sebastián Ucete, ubicándola en torno a 1740.
Del mismo año son las primeras referencias fiables, bajo el nombre de "Cristo de la Buena Victoria", anterior incluso a la invasión francesa de la ciudad. La figura fue donada por Marcó de él Pont, industrial catalán afincado en Vigo en la segunda mitad del Siglo XVIII, antiguo regidor municipal y poseedor de una flota de corso, con un barco denominado Cristo de la Buena Victoria. Esta procesión (devota y multitudinaria) tiene lugar el primer domingo del mes de agosto en la ciudad de Vigo. Los vecinos se lanzan a la calle para honrar al Cristo de la Victoria, de quien se dice que ayudó a la ciudad a vencer al ejército francés (las tropas napoleónicas) en su invasión de 1809. Por ese motivo fue nombrado "patrón de la ciudad". La denominación de ’de la Sal’ (Cristo de la Sal) se debe a que, según cuentan, el Cristo fue encontrado por un carguero de sal en el mar, era la mercancía que transportaba el mercante que la rescató, cerca de las islas Cíes, después de que alguien la arrojara a las aguas para evitar que cayera en manos de piratas ingleses. HIMNO al CRISTO de la VICTORIA de VIGO Con acentos de amor encendido, entonemos un himno sin par: al Santisimo Cristo de Vigo, que es el rey de este pueblo inmortal Cielos y tierra canten la gloria del Santisimo Cristo de la Victoria, del Santisimo Cristo de la Victoria Alza Vigo, la frente serena y contempla a tu Cristo en la Cruz; y verás como envuelve a este pueblo en torrentes de amor y de luz. Cielos y tierra... Vuelve Vigo, rendido y humilde a la Fe, que en tus padres brilló; pues en ella salvose la Patria y el Santísimo Cristo Triunfó. Cielos y tierra...
Del mismo año son las primeras referencias fiables, bajo el nombre de "Cristo de la Buena Victoria", anterior incluso a la invasión francesa de la ciudad. La figura fue donada por Marcó de él Pont, industrial catalán afincado en Vigo en la segunda mitad del Siglo XVIII, antiguo regidor municipal y poseedor de una flota de corso, con un barco denominado Cristo de la Buena Victoria. Esta procesión (devota y multitudinaria) tiene lugar el primer domingo del mes de agosto en la ciudad de Vigo. Los vecinos se lanzan a la calle para honrar al Cristo de la Victoria, de quien se dice que ayudó a la ciudad a vencer al ejército francés (las tropas napoleónicas) en su invasión de 1809. Por ese motivo fue nombrado "patrón de la ciudad". La denominación de ’de la Sal’ (Cristo de la Sal) se debe a que, según cuentan, el Cristo fue encontrado por un carguero de sal en el mar, era la mercancía que transportaba el mercante que la rescató, cerca de las islas Cíes, después de que alguien la arrojara a las aguas para evitar que cayera en manos de piratas ingleses. HIMNO al CRISTO de la VICTORIA de VIGO Con acentos de amor encendido, entonemos un himno sin par: al Santisimo Cristo de Vigo, que es el rey de este pueblo inmortal Cielos y tierra canten la gloria del Santisimo Cristo de la Victoria, del Santisimo Cristo de la Victoria Alza Vigo, la frente serena y contempla a tu Cristo en la Cruz; y verás como envuelve a este pueblo en torrentes de amor y de luz. Cielos y tierra... Vuelve Vigo, rendido y humilde a la Fe, que en tus padres brilló; pues en ella salvose la Patria y el Santísimo Cristo Triunfó. Cielos y tierra...
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