viernes, 29 de abril de 2022

Las ranas y los sapos

Caminando por el Quiñones de León vimos un estanque muy verde donde croaban las ranas. Observé una y obtuve varias fotografías (no muy buenas, por cierto). La rana, un macho, croaba sin parar intentando atraer a una rana hembra. Seguro que alguien ya pensó que el macho de la rana es el sapo; pues no es cierto; la rana y el sapo, aunque son del mismo género: los anfibios, con su doble vida (renacuajos y adultos) y pertenecientes al mismo orden (anuros: sin cola), proceden de familias distintas: las ranas de la familia ranidae y los sapos de la familia bufonidae


Es fácil distinguir las ranas de los sapos. Mientras que las ranas tienen una apariencia más fina y estilizada los sapos son anchos y gordinflones.Las extremidades de las ranas son más largas y delgadas, las traseras son palmeadas, lo que les facilita el salto mientras que las extremidades de los sapos son más cortas y no tienen piernas largas para saltar, ya que tienen hábitos más terrestres. Además son más caminadores que saltadores.


La piel de las ranas es mucho más suave y lisa que la de los sapos. Los sapos presentan pieles rugosas y con ‘verrugas’ con glándulas secretoras de sustancias tóxicas. Además, al ser terrestres, tienen pieles que están preparadas para evitar la desecación.

Los dos ponen sus huevos en el agua o cerca del agua ya que sus crías comienzan como renacuajos. La diferencia está en que los huevos de la rana permanecen en racimos o grupos y los sapos ponen sus huevos en líneas o cadenas, en las hojas de plantas acuáticas.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buen trabajo
👍👏👏

Ubaldo dijo...

Gracias